EL CANTO LITÚRGICO EN ADVIENTO

El ADVIENTO es un tiempo relativamente corto; cuatro semanas en total. Por esta razón no es adecuado meter cantos nuevos cada Domingo eso sí, si cantabas ven Señor no tardes con la musicalización de Cesáreo Gabaráin (que es parodia) urge aprender cantos “LITÚRGICOS” nuevos.

Sí es bueno introducir cada año un canto nuevo y conservar los cantos de años anteriores de modo que puedan convertirse con el paso del tiempo en «tradicionales», es decir, en «indicadores» de ese tiempo.

Si al comenzar el adviento nos encontramos que en la celebración litúrgica se respira novedad por la decoración del templo, el color de los ornamentos, , la corona de adviento, etc., ¿cómo no va a estar presente el canto en esta novedad siendo parte integrante de la liturgia?

La Instrucción Musicam Sacram nos lo recomienda vivamente:
«Se solemnizarán con el canto aquellas celebraciones a las que la liturgia concede un relieve especial a lo largo del año litúrgico» (MS 44)

El adviento es tiempo de cierta sobriedad, que debe contrastar con la ornamentación festiva y alegre propia de la navidad. Por eso se puede colocar en el presbítero alguna planta de interior o algunas flores.

El canto también ha de expresar esta cierta sobriedad. En cuanto al uso del órgano y demás instrumentos, nos aconseja el ceremonial de los obispos: «Utilícese, con la moderación que conviene a este tiempo, sin que se anticipe la alegría plena de la navidad»


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